miércoles, 8 de enero de 2014
Una metáfora cinematográfica
Dentro del laberinto es la historia de una relación tóxica. La chica, Sarah, comienza la historia contándole a su hermano que el rey de los goblins está enamorado de ella, y hace lo que ella quiere. Por culpa del rey de los goblins, que se lleva algo que Sarah aprecia mucho (en la película, se lleva a su hermano; en la vida real, se llevará su autoestima), Sarah se adentra en un laberinto tan peligroso como complicado, en que, sencillamente, no hay reglas. Ni justicia.
Jareth le ofrece a Sarah cumplir todos sus sueños. A cambio de...: "Sólo ámame, témeme, haz lo que yo digo y seré tu esclavo (...) Te pido tan poco... Solo deja que te gobierne y tendrás todo lo que quieras".
Vamos, lo que cualquier novio tóxico le pide a una chica. ¿Y cómo sale Sarah del laberinto? Simplemente le mira a los ojos y le dice: "Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya... y mi reino igual de grande. No tienes poder sobre mí". Y ya está. Basta con decir eso para que el laberinto se desmorone. Y punto.
Fragmento extraído del libro Tu corazón no está bien de la cabeza de Lucía Etxebarria (páginas 118-119)
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Hola Tierra de libros! decirte que nos gusta mucho tu blog y por eso te hemos nominado para el premio Libster Awar, pasate por nuestro blog y ya nos cuentas ^^. Muchos besos
ResponderEliminarMuchas gracias! En cuanto pueda contesto las preguntas. Besos.
EliminarMuy bueno. Un beso.
ResponderEliminarUn beso Herminia!
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