jueves, 16 de mayo de 2013

El guateque (principios de los años 70)

Hoy es uno de esos sábados en los que la nena organiza un guateque en casa con su panda. A mi marido, como tiene un trabajo que le obliga  madrugar, estas pequeñas fiestas le impiden hacer la siesta, pero nunca dice nada, por la nena.
Yo me levanto a las cinco, limpio lámparas, cristales, el suelo a mano (con fregona no queda bien); arreglo el dormitorio a fondo con la ropa ordenada, cepillada y repasada; en el baño compruebo que las toallas estén limpias, que las botellas de colonia estén bien cerradas, que la ventana esté abierta por lo menos una hora antes de que lleguen los invitados; en el comedor quito el polvo del mueble de la tele, coloco bien los cojines, sacudo la alfombra, friego el suelo con bayeta…
La nena me ayuda en todo.
Al mediodía preparamos pan con tomate, cortamos jamón bueno, embutido caro; ponemos en bandejas tartas de chocolate hechas con chocolate en polvo y pastelillos de gitano de crema y de nata; llenamos unos cuantos boles de patatas fritas. También enfriamos en la nevera sangría, Mirinda y Coca-Cola.
A las cinco cuando empiezan a llegar sus amigos estamos agotadas, pero felices. Los observo un momento con la puerta entreabierta, forman una pandilla simpática, sana y desenfadada.

Suenan discos de Nino Bravo, ABBA, John Walker…


La nena se ha puesto guapa para Nacho, el chico más alto del grupo, hoy lleva una camisa de  color alabastro que contrasta con su pelo muy negro, está encantador. Pero me temo que todos los chicos están locos por Amelia, que no para de hablar de un libro llamado <<Anticultura>>, una especie de código para hippies. La nena me pidió dinero para comprarlo, pero cuesta 780 pesetas. ¿De dónde voy a sacar tanto dinero? Ya pensaré algo.
Chssss, acérquense que les contaré un secreto: me crié en un hospicio y mi marido proviene de una familia más pobre que las ratas. Muchas semanas comemos legumbres o caldo Avecrem antes de que la nena llegue a casa para almorzar bistec con patatas, paella… porque a ella no la vamos a privar de nada; eso lo tenemos claro los dos.  Es una niña buena, honesta, no tiene defectos.
La nena será enfermera o azafata.


Mientrastanto que se divierta con su pandilla hippie. Nadie tiene que saber nada de dónde provenimos, porque el mundo se la comería y nosotros queremos que sea ella la que se coma al mundo.

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