jueves, 14 de marzo de 2013

Los mansos heredarán la Tierra

Mireia es la mejor mujer que nunca pude soñar como pareja. Dos semanas después de conocernos, me llevó por primera vez a la casa de sus padres ricos. No pensaba que la cena fuera a ir ni medio bien: no acabé el instituto y me gano la vida como repartidor de pizza. Al entrar en el comedor, se sentaban en la mesa su padre y sus dos hermanos. Era una casa de ricos con cosas de ricos: cubertería de plata, un centro de mesa con flores frescas y caras, y ese rollo. Pero lo que me asombró fue el empapelado de la pared, que mostraba una escena repetida campestre con un caballo manso como sirviente de los humanos.
–Bienvenido a la familia, Julio.
El padre de Mireia  sonreía de oreja a oreja, mientras me indicaba con la mano la silla que debería ocupar.  Me senté y Mireia se situó a mi lado.
–Debería haber imaginado que escogerías a un chico de belleza sencilla y carácter tranquilo, pero prometedor como “Querido”.
–Bueno, eso ha sonado más a “amante” que a “marido” –dije yo con una risa nerviosa.
--Sí, porque es exactamente así. --dijo la madre de Mireia mientras entraba al comedor.
Tenía una mata de pelo rubio-pelirrojo que le llegaba justo por debajo de las orejas. Parecía la melliza de Mireia. Sin querer, desvié la mirada a la pared y vi algo que me dió un susto de muerte. El empapelado había cambiado, ahora mostraba el motivo repetido de un dragón oriental con un fondo marino.

  Un protagonista de la  película “Loto de fuego” había dicho que el dragón era símbolo del poder más grande.
–Voy a serle franca –señaló la mujer-- Usted nunca será la mejor opción como marido para mi hija, sin embargo reúne todos los requisitos para ser su Querido en exclusiva, de por vida.
–Oiga, la verdad es que...no me apetece, porque yo...
Los ojos se me pusieron como platos cuando ví que el estampado del papel volvía a metamorfosearse; ahora era un barco en alta mar enmedio de una tempestad luchando contra rayos y un oleaje mortal, varias personas caían del barco.

Mi suegra me habló mentalmente: “Basta, chaval. Nunca tendrás a Mireia si no es a la manera de la familia. O aceptas o te largas. Si te vas te arrepentirás de por vida, porque siempre pensarás que pudiste haber aceptado.”
Mireia es todo lo que siempre deseé y nunca hubiera podido tener.
--Julio, ¿estás bien? --me preguntó preocupada Mireia.
–Acepto –dije.
En el empapelado se esbozaron un soldadito de plomo y un muñeco sofisticado. Tuve que concentrar toda mi fuerza de voluntad para no pensar que esos dos motivos tenían una intención irónica.
El 21 de abril de 2013  celebraremos nuestra no-boda. Estáis invitados, no os extrañéis si la familia os busca pareja entre los invitados: estamos hablando de los Limuba, y los Limuba son ricos, fieros y persistentes...muy persistentes.


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