martes, 12 de febrero de 2013

Una propiedad molesta (René, la pintora)

1) René, una esclava doméstica en el siglo XIX en los EEUU,


rompe a cuchillazos el lienzo sobre el que estuvo trabajando los últimos tres años de su vida. De los dieciséis a los diecinueve pintó sobre el mismo lienzo diferentes cuadros. Cuando acababa uno, como no tenía más material, pintaba el siguiente cuadro encima del anterior. Esta dinámica se rompe el día que la señora de la casa, Louise, casi la descubre. René intenta evitar el castigo destruyendo rápidamente el lienzo.

2) René, una esclava adolescente, pinta cuadros a escondidas. Aunque ignora cualquier tipo de conocimiento técnico sobre pintura (no sabe lo que es la  perspectiva, ni las líneas de fuga), crea una pintura sencilla, ingenua, emotiva con temática que abarca desde lo que le sucede a su alrededor (vida cotidiana de los amos o con otros esclavos), pasando por mundos imaginados con gran lirismo.


 Pese al secretismo con el que actúa, un día es descubierta por la señora de la casa,  Louise. Momentos antes de oír como la señora baja las escaleras del sótano donde pinta, acuchilla el lienzo, pero no lo suficiente para que no se pueda ver lo que ha creado. La viuda, Louise, en vez de castigarla, ve una oportunidad para conseguir ingresar dinero, ya que su marido murió dejándola casi en la ruina.


A partir de aquel momento, Louise vende cuadros a sus amigas simulando ser ella la pintora. Incluso consigue el encargo de ilustrar un cuento infantil, que le llevará a conocer a un editor con el que se casará. Este hombre, Jack Whittaker, es muy bueno con Louise pero terriblemente cruel con los esclavos.


 Jack opina, entre otras cosas, que un esclavo nunca debe ser un artesano, ya que este trabajo podría crearle deseos de independencia. Por ese motivo, Louise no le cuenta que la auténtica pintora es René. Un día que Louise está pasando unos días en casa de sus padres, Jack descubre a René pintando y cree que la sirviente tiene celos de su esposa. La castiga dejándola diez horas en la caja caliente,  un ataúd de metal puesto al sol (sucede en el mes de julio). Al salir, René empieza a tramar su venganza. En cada cuadro nuevo que pinta, introduce algún secreto que alguien no desearía que se supiera. Pero lo oculta tan bien, que sólo el “destinatario” lo identifica. Así consigue que el receptor compre para no ser descubierto, pero que se sienta chantajeado, lo que va creando resentimiento hacia Louise (que ignora esta treta), hasta que al final  no la invitan en ningún sitio, la rechazan y no tiene a quién vender sus cuadros.


 Paralelamente, Jack se busca problemas con otros propietarios debido a su carácter pendenciero. Sus deudas con el juego y su alcoholismo  provocan que su negocio editorial se hunda. Además cada vez es mas cruel con su esposa.  Louise se da cuenta que pronto volverá a estar en la ruina, porque su marido ya sólo tiene pérdidas y que están en caída libre. Teme volverse “po'buckra” (basura blanca), un blanco pobre que ni siquiera  puede mantener a ningún esclavo. Louise pide ayuda a  René, que recela de ella porque cree que sabe lo que le hizo su marido y que ella ni se inmutó.  La señora reconoce su error al despreocuparse de todo y ser insensible. René dice que pondrá todo de su parte para que las cosas mejoren, pero a cambio pide dos condiciones. Una es que un día que Jack llega borracho lo pongan diez horas en la caja caliente. Así se hace, y Jack comprende el sufrimiento que ha causado. Otra es que, de puertas afuera ella será una esclava, pero en el interior de la casa René será libre y deberá ser tratada como tal. Louise convence a Jack (cada vez más hundido) para que firme los documentos de liberación. Legalmente se convierte en libre. Pero fiel a su promesa, vuelve a pintar cuadros con detalles que halagan a las amigas de Louise, que vuelve a ganar el favor social y evita la deshonra pública.

No hay comentarios:

Publicar un comentario